La “Mesa de los Santos” ubicada en el departamento de Santander, Colombia, forma una enorme cuenca a lo largo del cañón del Chicamocha. Ubicada a una altitud de 1650 metros, esta es una zona limpia con un clima templado, además de una vista panorámica del cañón del Chicamocha.

Aquí es donde se encuentra la finca cafetalera más grande "Hacienda el Roble", donde se cultiva el café Mesa de Los Santos, el café más fino de Colombia. Las 330 hectáreas de finca de café en un terreno llano se distinguen claramente de otras fincas de café colombianas ubicadas en la cordillera. Aquí el sol supera los 190 días al año, la precipitación anual es de 1000 mm, el viento sopla por la tarde y el clima es cálido durante el día, pero tiene las mejores condiciones para el cultivo del café ya que alcanza los 12 grados centígrados por la noche.
 
Cada octubre, en esta enorme plantación de café, más de 1 millón de semillas de café verde de los cafetos son de color rojo y amarillo. Según un informe de Global Big Day, una competencia mundial de observación de aves, hay más de 160 especies de aves, incluidos canarios, y 26 especies de murciélagos y otros animales salvajes. Se plantan 160 árboles por hectárea, entre ellos árboles raros como Galopos, Nogal Cafetero y Guayacán, y varias variedades de café van madurando mientras se escucha el coro de estas aves bajo la enorme sombra de estos árboles.
 
En los cultivos de café de la Finca El Roble, se plantan experimentalmente unas 80 variedades de café con decenas de coloridas flores. Actualmente, Caturra, Typica, Tabi, Castillo Rosario, Colombia, Cenicafé 1, Geisha, HR61, Mocca, Wush, Sl 28, Marsellesa, SL34, Villa Sarchi, etc., solo se comercializan 14 variedades.
 
La finca fue heredada por cuarta generación desde que Telmo Jacinto Díaz Serrano plantó café allí en 1872. Según su bisnieto, el actual propietario, “Oswaldo Acevedo”, la finca El Roble primero plantó árboles para dar sombra y luego plantó los cultivos de café debajo de estos, y gracias a lo anterior se generó una variedad de vida silvestre, incluidas las aves. Explica que el método de cultivo del café que conecta el entorno de cultivo y la genética ha dado como resultado la producción de café orgánico de la más alta calidad, que se ha ganado una reputación y ha sido amado por los consumidores.
 
Dijo que ante el hecho de que a los consumidores les gusta tomar una variedad de cafés además del que les gusta beber, dice que están produciendo tres tipos de café. El café representativo que produce la mayor cantidad es, por mucho, el café clásico más popular. Recientemente, se está produciendo una nueva generación de café, es decir, café que se bebe acorde a enfermedades o nuevas circunstancias (como el lugar o la hora de consumo). Además, se dice que está produciendo cafés especiales en pequeñas cantidades, pero con conocimientos profesionales y condiciones de alto precio.
 
La variedad HR6 de especialidad de “El Roble”, ampliamente conocida por el público como Umpalá que en el dialecto Guane significa “donde solo vienen los dioses”), fue calificado como uno de los tres mejores cafés del mundo junto al Mocca de la finca El Injerto en Guatemala y el Geisha de la finca La Esmeralda en Panamá, en una subasta internacional realizada por el famoso tostador de café Proud Mary en Australia en 2013.
 
Anualmente se celebra Grounds for Health, una subasta pública internacional que se celebra en París, Francia. Entre alrededor de 5 millones de fincas grandes y pequeñas en el mundo, El Roble en Colombia, Lions Gate en Hawai, La Esmeralda en Panamá, El Injerto en Guatemala y Solo cinco plantaciones de café, incluida la plantación La Minita en Costa Rica, fueron invitadas a subastar. En particular, la variedad HR61, que tiene sabor y olor afrutado y floral de El Roble, ha demostrado ser la mejor variedad en 2018 y 2019, recibiendo una oferta exitosa al precio más alto durante dos años consecutivos a 150 dólares la libra.
 
Actualmente, esta finca produce 5000 sacos de 70 kg de café verde al año, la mitad de los cuales se tuestan solos desde 1998 para producir su propia marca, "Mesa de los Santos", que lleva el nombre de la región.
 
En el caso del café “Mesa de los Santos”, más de la mitad se exporta al exterior, siendo Japón el mercado más grande. Desde que la empresa Kanematsu visitó El Roble hace 25 años, el “Café Mesa de Los Santos” se importa y vende como una variedad de productos, pero es el más popular como café de marca agrícola.
 
Una de las razones por las que los japoneses prefieren el café “Mesa de Los Santos” es su dulzura. En particular, la dulzura única de esta granja está expandiendo los mercados de exportación no solo en Japón, sino también en los Estados Unidos y Australia. Tiene más de 100 galardones diversos, como el mejor café de Colombia y el registro de exportación de café más grande, así como certificados como USDA orgánico, Kiwa BCS Oko-Garantie y amigabilidad con las aves del Smithsonian Migratory Bird Center, pero aún no se ha presentado a los consumidores coreanos.
 
La Finca El Roble ha estado desarrollando una variedad de semillas de café hace más de 20 años y ahora tiene un cultivo de café donde se plantan más de 80 tipos de café. Esto no solo está captando la atención de los turistas, sino que se espera que capture el gusto de los amantes del café de todo el mundo con una nueva variedad de café en el futuro.
 
El dueño de la finca, Oswaldo Acevedo, desarrolló una plantación de café y convirtió la casa que se usaba con fines residenciales en un hotel boutique (6 habitaciones), permitiendo la estadía de turistas nacionales y extranjeros. Podrás despertar con el sonido del coro de los pájaros al amanecer y disfrutar de la cafeterapia como bañarse en el bosque cafetero, abrazar árboles y pisar el suelo. Junto a esto, la experiencia de hacer café, incluido el proceso de secado y fermentación del café, así como la comida tradicional de Hanpyeon Santander, que ofrece seis tipos de la mejor degustación de café, está creando una historia de recuerdos que los visitantes nunca olvidarán en su vida.

Texto escrito y suminstrado por el Presidente Ejecutivo de Fundación Cardiovascular de Colombia, Dr. Víctor Raúl Castillo Mantilla.